miércoles, 25 de junio de 2025

China y el dilema de las empresas zombis: crecimiento económico vs. estabilidad social

 



Análisis desde una óptica crítica de la economía real

El caso de las empresas zombis en China , como Shaanxi Qinyang Changsheng Brewing o Dayun Automobile , no es solo un tema financiero o industrial. Es un síntoma profundo del modelo económico chino actual, donde el gobierno central enfrenta una contradicción central:

  • Mantener a flote empresas deficitarias para evitar desempleo masivo y malestar social
  • Pero al mismo tiempo, profundizar su dependencia de subsidios, créditos blandos y protección local , lo cual ahoga la eficiencia, genera deflación interna y provoca aranceles antidumping en mercados internacionales

Este dilema refleja cómo la automatización y la IA , que prometen mayor productividad, no están resolviendo los problemas estructurales del sistema, sino que acentúan la presión sobre empleo y producción tradicional .

China se encuentra en una encrucijada global:

  • Si cierra estas empresas, corre el riesgo de generar protestas sociales y caídas en el consumo interno
  • Pero si las mantiene vivas artificialmente, profundiza el exceso de capacidad, reduce márgenes y fomenta una competencia destructiva sin salida clara

1. Las “empresas zombi” como solución política y problema económica

  • Empresas que sobreviven gracias a subsidios, préstamos bancarios y apoyo gubernamental : aunque sean técnicamente inviables.
  • Aumento del 27% en empresas zombi durante 2023 , según Kearney, aunque representen apenas el 3,4% del total.
  • Protección institucional frente a quiebras : convencer a un tribunal de aceptar el cierre es casi imposible por la carga laboral y social que esto implica.

Conclusión : En China, el cierre de una empresa no es solo un proceso legal. Es una decisión política que puede costar caro en términos de orden social y gobernabilidad local .


2. El dilema del Estado: ¿empleado o eficiencia?

  • Un tercio de la fuerza laboral china está en manufactura : sector clave para el control social y político.
  • Cierre de empresas → desempleo → malestar → protestas ciudadanas : algo que el Partido Comunista teme especialmente tras las movilizaciones de 2022 contra el "covid cero".
  • Xi Jinping prioriza estabilidad social por encima de reformas industriales : incluso si eso significa mantener modelos obsoletos con pérdidas sostenidas.

Conclusión : Para el gobierno chino, el empleo no es solo una variable económica. Es un mecanismo de control social y una herramienta de legitimidad política .


3. Impacto laboral: cuando el trabajo ya no paga pero tampoco se elimina

  • Trabajadores de empresas zombi reciben salarios rezagados y beneficios precarios , pero tienen ingreso estable… al menos por ahora.
  • Muchos son parte de programas de alivio de pobreza o redes sindicales locales : lo cual dificulta cualquier ajuste repentino.
  • Menor reinversión en formación ni transición tecnológica : muchos siguen en roles manuales que ya podrían ser automatizados.

Conclusión : Mantener empleo en empresas ineficientes no es desarrollo. Es protección temporalizada de miles de trabajadores que eventualmente perderán sus puestos , pero sin redes claras de reconversión laboral.


4. Automatización limitada: ¿herramienta de modernización o de exclusión encubierta?

  • IA aplicada a gestión de inventario, logística y atención al cliente : avanza lentamente en grandes corporaciones.
  • Falta de adopción en pymes y regiones periféricas : muchas empresas aún dependen de procesos manuales y repetitivos.
  • Automatización rechazada por funcionarios locales por miedo a aumentar el desempleo : lo cual generaría inestabilidad en zonas ya golpeadas por la caída del carbón e infraestructura.

Conclusión : Aunque la tecnología mejore eficiencia, en contextos de alta fragilidad social, el Estado prefiere mantener humanos en la línea de producción, aunque sea de forma ineficiente .


5. Exceso de capacidad y competencia involutiva: cuando todos producen y nadie gana

  • “Involution-style competition” : término viral en redes chinas que describe una guerra productiva donde cada vez hay más empresas compitiendo por menores ganancias.
  • Saturación en sectores como acero, construcción, automoción y energía solar : con cientos de marcas luchando por el mismo espacio, sin diferenciación clara.
  • Deflación interna y dumping internacional : resultado directo de esta sobreproducción sin demanda real.

Conclusión : La sobreoferta termina reduciendo precios globales, arruinando márgenes y generando tensiones comerciales con Europa, EE.UU. y América Latina .


6. Políticas locales vs. políticas nacionales: cuando los incentivos se vuelven tóxicos

  • Funcionarios locales evaluados por crecimiento económico : incentivo directo a proteger empresas, aunque sean zombis.
  • Recaudación de IVA como motor de protección empresarial : mientras haya facturación, hay ingreso fiscal.
  • Resistencia al cierre de industrias ineficientes : Shanxi, antiguo núcleo minero, muestra cómo el Estado se vuelve rehén de su propia estructura productiva .

Conclusión : Sin cambiar los incentivos locales, la estructura nacional seguirá atrapada en un limbo: ni cierra, ni renace .


7. El costo oculto de mantener empresas artificiales

Sector
Costo
Manufactura
Menor calidad, saturación de mercado y caídas de precio
Empleo público
Salarios bajos, altas cargas laborales y baja productividad
Inversión extranjera
Reducción de confianza ante falta de disciplina de mercado
Finanzas públicas
Mayor deuda estatal, menor inversión en innovación real

Conclusión : Mantener empresas zombis no solo detiene el progreso tecnológico , sino que también genera ineficiencias sistémicas que afectan a toda la cadena productiva .


8. Reflexión final: cuando el Estado se convierte en único sostén de lo insostenible

La crisis de las empresas zombis en China no es nueva.
Pero sí es distinta: ahora el Estado no solo enfrenta la ineficiencia. También debe gestionar el miedo al desempleo, la fragmentación regional y la presión geopolítica .

Detrás de cada botella de baijiu etiquetada a mano o cada camión eléctrico vendido al Gobierno local, hay un mensaje claro:

  • China no puede permitirse el lujo de cerrar
  • Pero tampoco puede sostener un modelo basado en subvenciones eternas y producción artificial

Y así, el país sigue balanceándose entre la necesidad de modernización y el miedo al colapso social , manteniendo un sistema que ya no produce, pero que tampoco puede morir.

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